Cuando una marca adquiere cierto grado de reconocimiento, pasa de convertirse en un simple eslabón más de una cadena comercial a algo mucho más grande. De hecho, con toda probabilidad las personas comenzarán a fidelizarse con ella.
Una cosa va con otra: una marca se diferencia del resto cuando logra inspirar algo en las personas. Luego, de forma paulatina, notarás cómo tu comunidad de compradores recurrentes crecerá más y más.
¿Pero cómo ocurre todo eso? A través de la experiencia de marca o brand experience.
Pero como lo mejor siempre es comenzar por lo más básico sin saltarse pasos, entonces conviene hacer la pregunta esencial: ¿qué es la experiencia de marca?
La experiencia de marca es ese conjunto de emociones y sensaciones que recorren la mente de los clientes cuando entran en contacto con una marca. Puede producirse de forma consciente o inconsciente, pero en ambos casos será igual de significativo. De ello depende el crecimiento de sus ventas.
Por lo general, la relación marca-comprador se produce en tres oportunidades: cuando se prueban sus productos, así como en los puntos de venta o cuando estás frente a una de sus publicidades.
Eso quiere decir que solo cuentas con tres intentos para condicionar la compra. ¿Qué sensaciones transmite tu marca en esos momentos? No puedes darte el lujo de pasar desapercibido, por esa razón, la experiencia de marca es tan importante.
Ahora que sabes de qué va la brand experience no existen razones para no incluir este valor para tu marca.
Ese es el motivo debes saber cómo construir una experiencia de marca exitosa:
Antes de intentar inspirar al resto debes primero tener claro cuáles son las emociones con las que quieres relacionar tu identidad de marca: ¿qué es lo que la hace única y cómo puede aprovecharse esa información para evocar emociones en tu audiencia?
Con esto queremos decir que resulta imposible transmitir una idea que desde el interior de tu empresa no tengan clara, por eso, todo empieza con el autoconocimiento para luego dar paso a las siguientes fases.
Ahora que sabes cuáles son los valores de tu marca, ha llegado el momento de idear la forma para transmitirla. Para ello necesitarás ciertos elementos tangibles fáciles de interpretar y relacionar con las experiencias que quieres comunicar.
Para esta segunda, etapa será indispensable recurrir a tu identidad visual, eso incluye desde un buen logotipo hasta los colores corporativos. Es hora de que tu creatividad brille.
Llegados a este punto, en el que ya sabes las experiencias a transmitir y cuentas con los medios visuales para hacerlo, es el momento de empezar. Selecciona los canales de comunicación que se adapten de mejor forma a tu público objetivo y haz un buen plan de marketing: cada acción debe reforzar tu experiencia de marca.
Para terminar, te traemos algunos de los ejemplos de experiencia de marca más icónicos de la actualidad:
Coge toda la inspiración que puedas de estas referencias de brand experience y asegúrate de que tu marca también toque esa fibra, ¡es el momento de ofrecer experiencias!