Ya sea como diseñador gráfico o como simple aficionado de la ilustración digital, es probable que te hayas encontrado con un término un poco complejo. Estamos hablando de la cuatricromía.
Ese concepto de nombre un poco complejo es la llave para que por fin logres, después de varios intentos, que tus ilustraciones luzcan perfectas, tanto en medios impresos como digitales.
Y es que uno de los problemas recurrentes de todo artista gráfico es lograr que los colores luzcan iguales que en tu pantalla una vez impreso el diseño.
Pero ahora pongámonos un poco más técnicos: ¿Qué es la cuatricromía?
El término de cuatricromía de colores se utiliza mucho en el mundo artístico, en relación a la impresión de colores. Es una técnica de impresión que se basa en la combinación de una escala de tan solo cuatro colores.
Cada vez que te encuentres con el término cuatricromía en tus programas de ilustración o de impresión, es posible que le acompañe las iniciales CMYK, que son las que describen los cuatro colores que componen la cuatricromía:
Así pues, CMYK son las iniciales de los cuatro tonos que conforman la cuatricromía y los que hacen que la magia sea posible. Este es el motivo por el cual muchas impresoras son capaces de reproducir todo tipo de colores con apenas cuatro cartuchos, los correspondientes a los colores CMYK.
Para muchos creativos digitales existe una duda en el momento de elegir su formato de impresión: CMYK vs. RGB. ¿Qué es lo que los diferencia? Es simple, pero primero hablemos sobre el origen del RGB.
Se trata de otro método de composición de color que recibe su nombre:
Con RGB es posible manejar un rango de colores bastante más amplio que con el CMYK. Por eso cuando ves un diseño en la pantalla de un dispositivo estás frente a un modelo en RGB, cuando lo imprimes pasa a ser CMYK. Pero debes ajustar esta configuración o, por el contrario, es posible que se pierdan algunos detalles al imprimir.
Ese es el motivo por el cual los programas de diseño de última generación como Adobe Photoshop o Illustrator permiten afinar esa configuración. La razón es que una pantalla puede reproducir muchos más tonos de los que la mayoría de impresoras comerciales son capaces de reproducir.
Ahora ya lo sabes: cuando se trata de imprimir, opta por la cuatricromía en CMYK. Por lo demás, puedes seguir aprovechando la amplia escala cromática que te ofrece el RGB.
Lo cierto es que la cuatricromía, a pesar de no llegar a los estándares del RGB, sigue siendo bastante representativa.
De hecho, expertos afirman que bajo este método es posible emular cerca del 70% de los colores percibidos por el ojo humano. ¿Cómo se logra eso? Gracias a lo que los especialistas denominan como “síntesis sustractiva”.
Cuando los cuatro colores de la combinación CMYK van a ser utilizados en una hoja en blanco, actúan como una especie de filtro. Es así como la tinta absorberá parte de la luz para crear las combinaciones deseadas.
Por eso, si observas con una lupa una impresión en cuatricromía, podrás distinguir que sobre la hoja se plasman miles de micropuntos uno al lado del otro. Ninguna de esas pequeñas marcas será de un color que no forme parte de la CMYK.
Así es como, con apenas cuatro tonos, es posible obtener resultados bastante impresionantes
La cuatricromía es muy utilizada en el mundo del diseño gráfico, si necesitas desarrollar una pieza para todos los medios impresos de tu marca, es la mejor solución.
Es por eso que se aprovecha esta técnica para la impresión litográfica offset que consiste en el plasmado sobre materiales plásticos o papel común. Se obtienen resultados con una apariencia metalizada que además conservan una gran nitidez.
Pero eso no es todo, la impresión en cuatricromía también es útil para la flexografía. Se trata de una técnica muy parecida a la anterior, pero que además ofrece resultados a gran velocidad sin perder calidad. Si necesitas imprimir mucho volumen, esta es la mejor opción.
También podrás imprimir CMYK sobre materiales como el vinilo, el poliéster o el polipropileno, esto hace que la cuatricromía sea una técnica muy versátil.