La tecnología se ha convertido en una de las mejores herramientas para hacer marketing. Al fin y al cabo, estamos en una era donde los desarrollos tecnológicos están en todos los ámbitos de la vida.
Y uno de los mejores ejemplos son los dispositivos móviles: ¿qué no pueden hacer los smartphones? Cada día ven la luz nuevas funcionalidades que tienen el objetivo de hacer posible lo imposible.
En este post te hablaremos sobre un concepto propio del marketing que resultaría inviable sin la accesibilidad que ofrece la tecnología: el geofencing.
No te preocupes sí ese término te pilla desprevenido/a y que es muy posible que no lo conozcas. Por eso es necesario responder a una pregunta clave: ¿Qué es geofencing?
El geofencing es una técnica que detecta tu ubicación para detectar los dispositivos que entran en determinado marco geográfico. En un principio, se implementaba por medio del reconocimiento GPS, aunque hoy en día se ha adaptado a otro tipo de conexiones como el Wifi.
¿Para qué? Con la premisa de desencadenar una acción cuando eso sucede, desde enviar una notificación hasta un correo electrónico.
Sin duda alguna, el geofencing es una alternativa muy poderosa al hacer marketing. Imagina la posibilidad de crear un estímulo para las personas que están cerca de tu tienda o negocio, l as posibilidades de vender pueden crecer de una forma nunca antes vista.
Todo eso hace que el geofencing sea una forma mucho más inteligente de hacer marketing.
El principio de funcionamiento del geofencing es sencillo de comprender: cuando tu dispositivo entra en un área delimitada, recibirá de forma automática una notificación con fines publicitarios.
Quizás una información sobre las ofertas de ciertos productos en una tienda de esa zona. La publicidad de un nuevo establecimiento o posibles eventos.
Esta es solo la visión superficial del geofencing, pero, ¿qué sucede detrás de todo eso? ¿Cuál es el sustento técnico que permite que todo eso sea posible?
El proceso se inicia con la configuración de un software capaz de identificar señales GPS o Wifi, o cualquier otro tipo de conexión como RFID. Si se trata de una aplicación con soporte para Google Maps, basta con fijar un límite en metros cuadrados. También puedes trazar un círculo que encierra las zonas sobre las cuales quieres impactar.
Una vez que establezcas ese límite habrás generado un geofencing virtual. Después deberás indicar la acción que esperas que se produzca cuando un dispositivo activa la señal.
En otros casos, tendrás que configurar un código de programación que indique a los dispositivos móviles susceptibles qué deben responder a ese estímulo.
Para eso, es normal que se deba entablar un primer contacto en donde se solicite permiso para acceder a la conectividad GPS o Wifi. Pero en la gran mayoría de los casos, quienes quieren aprovecharse de estos cercos geográficos virtuales lo hacen a través de la API de Google, es mucho más práctico.
¿Alguna vez ha saltado una notificación en tu dispositivo móvil desde Google Maps pidiendo que valores un lugar que visitaste? Esa es una forma de geofencing.
Pero para profundizar un poco más en el tema, te presentamos algunos ejemplos que reflejan la gran utilidad de esta técnica:
Y así es como muchas marcas digitales aprovechan los beneficios del geofencing para potenciar sus estrategias de marketing. Es tu momento de seguir ese camino. ¡No te quedes atrás!