Metonimia

¿Qué es la metonimia?

Los grandes conocedores y políglotas alrededor del mundo coinciden en que el castellano es una de las lenguas más complejas. Esto se debe a que muchas de las estructuras que forman parte del repertorio de todos los hispanoparlantes tienen una concepción particular a nivel semántico.

Es importante conocerlas bien, ya que, en ocasiones, son la base de grandes ideas publicitarias o estrategias de branding.

Frases como “quiero beber un vaso de agua” parecen tener total sentido sin más. Sin embargo, al poner la lupa sobre ella notarás que resulta imposible beber un vaso de algo, lo que en realidad estarías ingiriendo sería el contenido en el vaso. Y aunque esta explicación es 100% lógica, la frase sigue teniendo sentido.

Y con esto no queremos decir que una expresión de ese estilo sea un error. Es una forma de hablar que se enmarca a la perfección en los cánones lingüísticos propios del idioma Español. ¿Cómo es eso posible? Gracias a la forma literaria de la cual hablaremos en esta oportunidad: La metonimia.

La metonimia es una forma de expresión que utiliza un término para hacer referencia a otro siempre que exista una relación entre ambos.

Es así como hablar de beber un vaso de agua es apropiado porque se entabla un vínculo entre el recipiente y el contenido en él.

Pero el concepto de metonimia va mucho más allá. No se limita a cambiar la denominación de un objeto por otro, sino que también se extiende a ideas y elementos intangibles. Es así como surgen distintas variantes de metonimias de las cuales hablaremos un poco más adelante.

Diferencia entre metonimia, metáfora y sinécdoque

Revisando su concepción, es probable que surjan ciertas confusiones entre conceptos como sinécdoque así como metáfora y metonimia. Sin embargo, son términos diferentes, pero para entender mejor esa discordancia es necesario definir cada una de ellas.

  • Tal como te hemos comentado, la metonimia es el intercambio del nombre de un elemento por otro relacionado con nivel semántico. ¡Es lo que ocurre con el vaso y el agua!
  • Por otro lado, una metáfora consiste en la sustitución de un concepto por otro con el objetivo de embellecerlo. De esa forma, “el ocaso de la vida” es una forma mucho más amigable de hablar sobre la vejez.
  • Por último, la sinécdoque ocurre cuando se llama a un objeto por el nombre de alguno de sus componentes. Por ejemplo, cuando trabajas “para ganarte el pan de cada día” se entiende que lo haces para llenar tu despensa de mucho más que pan.

¿Qué te parece si ponemos un ejemplo unificado para así reconocer las diferencias entre estas tres formas literarias? Fumarse una pipa.

No se trata de una metáfora, pues mencionar a una pipa no resulta mucho más agradable que otra palabra. Tampoco es una sinécdoque porque la pipa no es un componente, es el elemento en sí.

Ese es definitivamente una metonimia, pues no es la pipa la que se fuma, se está construyendo una relación semántica.

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Tipos de metonimia

Es importante destacar que existen diferentes tipos de metonimia de acuerdo con la relación semántica planteada. Uno de los más típicos es el continente por contenido, pero existen muchos más.

Sin embargo, creemos que la mejor forma de entenderlo es detallando los diferentes ejemplos de metonimia:

Ejemplos de metonimia

  • Causa/efecto: Achacar alergia a las flores y no al polen en ellas.
  • Continente por contenido: El ya explicado ejemplo de beberse un vaso de agua.
  • Símbolo por lo simbolizado: Ser leal a tu bandera cuando en realidad lo eres a tu nación.
  • Autor por su obra: Comprar un Van Gogh no es posible. Un cuadro de Van Gogh sí.
  • Instrumento por el artista: “La pluma más importante de su época” para hacer referencia a un buen escritor.
  • Lugar por lo que en él se produce: Ocurre mucho en el mundo de los vinos al denominar como “un Burdeos” a un ejemplar fabricando en esa ciudad.
  • Marca comercial por objeto de la marca: Pasa con las marcas Top of Mind. Muchos utilizan la denominación “Coca-Cola” para cualquier refresco.
  • El nombre del objeto por uno contiguo: “El cuello de una camisa” cuando en realidad quien tiene cuello eres tú.

Cómo pudiste haber notado la metonimia forma parte del lenguaje normal de toda persona y más aún en un lenguaje tan rico como el castellano.

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