El término overbranding se traduce al castellano como el exceso de desarrollos de marcas a cargo de una misma línea empresarial.
Este fenómeno ocurre cuando una empresa quiere forzar su presencia en el mercado creando productos carentes de ventajas competitivas. Como resultado, estos productos terminan por hacer bulto en los estantes de los puntos de venta sin tener una receptividad importante.
Es, en definitiva, un desperdicio de recursos que satura y confunde a los clientes, lo cual va en detrimento de la compañía que los desarrolla.