Retícula

¿Qué es una retícula?

En el entorno del diseño gráfico existen ciertos parámetros técnicos a considerar para que los resultados cumplan su propósito. Se trata de elementos que permiten esquematizar el trabajo para que luzcan perfectos tanto en medios digitales como impresos.

Por eso, antes de la parte creativa del diseño gráfico es necesario ajustar los espacios de trabajo a través de una retícula que organice y sirva como referencia para una mejor composición.

Por eso existen dos formas de responder a la pregunta: ¿Qué es una retícula? La primera de ellas es desde una perspectiva romántica afirmando que es todo lo que sucede entre bastidores, lo que nadie ve, pero que sin ella resultaría imposible obtener diseños armoniosos.

Desde una perspectiva técnica se debe explicar que las retículas son una serie de elementos que se utilizan para ordenar una composición. ¿Qué clase de elementos? Eso depende de lo que se vaya a diseñar. Pero por lo general se trata de líneas así como guías y cuadrantes.

¿Para qué sirve una retícula?

¿Para qué sirve una retícula? Esta es una pregunta que quienes se están iniciando en el mundo del diseño pueden hacerse. Después de todo, parece perfectamente posible llegar a obtener grandes resultados sin este tipo de elementos.

Pero contrariamente a lo que los ojos menos expertos puedan pensar, el diseño no se vale exclusivamente de la inspiración o el ojo del autor, hace falta mucho más. Hoy en día, cuando la masificación de proyectos hace que las diferencias entre unos y otros sean mínimas, es el punto en el que una retícula demuestra su utilidad.

Con ellas puedes evitar errores tales como una maquetación incorrecta o una impresión que no cubra todo el espacio de trabajo considerado por el autor. Además la transmisión de información será mucho más efectiva pues esas guías te ayudarán a jerarquizar la información: desde la jerarquía de títulos y subtítulos hasta los focos de atención de una ilustración.

Partes de una retícula

Además de conocer su utilidad, también es importante reconocer las partes de una retícula. De esa forma podrás aprovecharla mejor. Cada elemento cumple con una función específica que se complementa a la perfección con el resto. Hablemos sobre ello:

  • Márgenes: Quizás son el elemento más reconocible de todos. Consiste en el espaciado que marca los límites de la composición. Pueden delinearse en función del espacio de impresión o de acuerdo con los focos más importantes del diseño. Los márgenes deben empujar las miradas a los puntos donde deseas que así suceda
  • Módulos: Son cuadrantes que se distribuyen de forma uniforme y alineada a través de todo el espacio de trabajo, de tal modo que se puedan distinguir columnas así como filas de estos segmentos modulares. ¿Para qué sirven? Para colocar secciones independientes de texto. No habrá problema con que algunos módulos sean más grandes que otros siempre que exista un patrón definido o justificable.
  • Columnas: Es la formación de módulos colocados siguiendo un sentido vertical. Uno arriba del otro a lo largo de toda la página.
  • Zonas especiales: También son módulos. De hecho, se forma una zona de este tipo cuando se agrupan algunos cuadrantes para otorgarles un uso diferenciado. Ese puede ser el caso de una gran imagen que acompañe el titular del contenido.
  • Líneas de flujo: Son líneas que cortan de manera horizontal el espacio de la composición con el objetivo de ofrecer una pausa al lector. También son el lugar perfecto para añadir imágenes o cualquier otro elemento audiovisual que sirva de apoyo.
  • Marcadores: Son segmentos mucho más pequeños de texto que pueden excederse en alguno de los márgenes con el objetivo de agregar información. Eso es lo que ocurre con los pies de página que incluyen datos como el número de página.

Tipos de retículas

Te hemos contado cuáles son los elementos que por defecto conforman una retícula. Sin embargo, eso no quiere decir que todas sean iguales. Deben adaptarse al tipo de trabajo o formato a utilizar.

Estos son los tipos de retículas que debes conocer:

Retículas de manuscritos

Sin duda alguna es la más utilizada de todas. Consiste en un único espacio rectangular que ocupa toda la página. Muchos libros están escritos de acuerdo a esta configuración.

Esta variante de retícula resulta especialmente útil cuando es necesario presentar grandes volúmenes de información. De esta manera el autor dispone de todo el espacio para hacerlo sin ningún tipo de impedimento o elemento de distracción.

Sin embargo, puede resultar un poco agotador para el lector, por lo que demanda que el texto sea el máximo de creativo. Después de todo estarás empujando a las personas a que lean páginas y más páginas llenas de tu contenido.

Retícula de columnas

Consiste en las retículas conformadas por dos grandes columnas que cubren todo el espacio entre los márgenes de la página. Por lo general se recurre a esta opción cuando se quieren presentar dos informaciones diferenciadas o que al menos no tienen una relación directa.

Además no tienes por qué ser rígido/a durante la presentación. Puedes jugar con el ancho de ambas columnas para darle más peso a una sobre otra. Aunque debes tener cuidado o de lo contrario la sensación de lectura podría verse confusa.

Retícula modular

En este tipo de retícula la información no se presentará en un solo cuerpo de página ni por columnas: Si no a través de módulos previamente definidos.

Como no puede ser de otra forma, cuando se utilizan los módulos el contenido quedará organizado a través de pequeñas cápsulas. Lo que resulta interesante para proyectos de gran complejidad, como por ejemplo un periódico.

Retícula Jerárquica

En esta última variante tendrás mucha más libertad: El orden de los módulos dependerá de estudios de interacción óptica.

También el autor deberá plasmar su propia impronta de acuerdo a los segmentos más importantes del contenido. Este es el tipo de retículas que se observa en el diseño promocional, así como en páginas web.

¿Cómo elaborar una retícula?

  • Define con antelación el tipo de retícula a utilizar.
  • Ingresa los márgenes a utilizar.
  • Separa las columnas o módulos que conformarán el espacio de trabajo.
  • Estandariza las líneas de texto que insertarás en cada columna o módulo.
  • Selecciona la tipografía y los elementos complementarios que mejor se ajusten a la retícula.

Tras seguir todos estos pasos tendrás las mejores retículas para tus diseños.

Más sobre retícula