Google, el gran gigante en cuanto a motores de búsqueda se refiere, se ha encargado de ajustar sus algoritmos de forma continua. Su objetivo es uno solo: Lograr que las páginas webs que ocupen los puestos privilegiados satisfagan las necesidades de los usuarios.
Durante ese trayecto han probado con muchas cosas: Desde la ponderación del tráfico web hasta aspectos técnicos que solo se aprecian tras bambalinas. Pero luego de todo eso han llegado a una gran conclusión: ¡El contenido es el rey!
¿A qué nos referimos con eso? Simple: El principal parámetro para un buen posicionamiento es la calidad del contenido de valor de una web. Esa es la receta secreta para lograr que una página escale posiciones de forma sostenida y orgánica.
De esa forma fue como surgió toda una corriente en torno al concepto de optimización de contenido que aún se mantiene vigente. ¡Y va a seguir siendo así por muchísimo tiempo!
La optimización de contenido, tal como indica su nombre, es un enfoque mediante el cual se pretende elevar la calidad del contenido de una página. Quizá eso pueda parecer evidente, pero no es necesario dar más vueltas para entender de qué va a este concepto.
Sin embargo, de la teoría a la práctica existe una distancia importante. Porque lo cierto es que en ocasiones llevar a cabo tal optimización del contenido representa mucho esfuerzo, comenzando por la definición y segmentación de la audiencia hasta la estructuración del calendario de publicaciones.
Todo eso para determinar lo que los visitantes de una web quiere leer. ¡Y luego encontrar la mejor forma de comunicar ese contenido! ¿Quieres aprender la mejor forma de acometer esta optimización de contenido? Entonces sigue leyendo lo que te venimos a contar en esta oportunidad.
El juego del posicionamiento web funciona bajo una regla muy clara: Mientras más interesante resulten tus páginas web para las personas, más probabilidades tendrás de que Google las ponga ante sus pantallas.
La mejor forma de despertar la atención de las personas por lo que tienes para ofrecer es mediante el contenido de valor. Es por eso que la optimización de contenido es una vía expresa para atraer miradas y luego captar audiencia. Eso a su vez se traduce en mucho más tráfico web y a la postre repercutirá positivamente sobre tu SEO.
Si quieres más evidencias que confirmen esta afirmación te bastará con saber que por lo general las tres primeras webs en las SERP. ¡Se llevan 6 de cada 10 clics! Eso quiere decir que más de la mitad de los usuarios se limitan a aquellas páginas que han demostrado su calidad. Y ni hablar de aquellas que ocupan posiciones inferiores o fuera de la primera lista de resultados.
Este comportamiento tiene una causa que se ha demostrado a lo largo de los años: Las personas confían ciegamente en Google. Así que si el buscador de colores no tiene una buena imagen del contenido que presentas, implícitamente, las audiencias opinaran lo mismo.
En cambio, cuando estás en el tope de las SERPs llevas un sello de garantía de Google marcado con letras doradas. Así es como se desarrolla un ciclo que se retroalimenta: Siempre que la optimización de contenido esté presente, tendrás la mejor de las armas para combatir con tus más cercanos competidores.
Y es importante resaltar que con esto no solo nos referimos a los bloques de texto en tu página web. ¡Si no también a los recursos audiovisuales! Para ocupar la primera posición es necesario mantener un nivel estelar en todos los apartados posibles.
Si llegaste hasta aquí es porque eres consciente que el tema sobre el cual estamos hablando no es poca cosa. ¡Es la clave de todo! Así que manos a la obra. Para poder llevar a cabo una optimización de contenido SEO es necesario contemplar las siguientes recomendaciones: