En el largo, pero interesante camino por alcanzar el tan ansiado posicionamiento SEO existen dos tipos de prácticas posibles: la primera de ellas, representada por la combinación de metodologías que Google considera como positivas. Dicho de otro modo, son esas operaciones que no buscan tomar atajos, sino que se basan en el trabajo arduo y consistente.
Ahora bien, el otro tipo de prácticas no mantiene ese mismo espíritu. ¡Todo lo contrario! Se basan en infringir ciertos lineamientos para acelerar el proceso y aparecer en las SERPs cuanto antes. Pero tal como dice aquel viejo refrán: “Lo que fácil llega fácil se va” porque desde Google no son tontos a la hora de detectar a aquellos que intentan engañarlos. Ese es el momento cuando aparecen las penalizaciones SEO.
Pero vamos paso a paso: ¿en qué consiste una penalización SEO? Aunque eso depende del tipo de infracción que cometió quien la recibe, por lo general incide sobre el page rank de la web en cuestión. Como consecuencia dicha web será mucho menos visible por un tiempo indefinido: hasta que desde Google decidan levantar tal castigo.
Sin embargo, no todos sufren estas penalizaciones de Google por tener malas intenciones. Muchos caen en ellas por ignorar alguna de esas banderas rojas o por un error que realmente no querían cometer.
Y aunque por lo general Google solo sanciona a las páginas web que cometen fallas de forma reincidente, cualquiera puede caer en ellas. ¡Y no te queremos asustar, pero en ocasiones puede ser muy difícil recuperarse de ellas!
Por eso en esta oportunidad vamos a explicar los algoritmos que designan estas penalizaciones y cómo recuperarse de ellas. ¿Estás listo/a? ¡Evita cualquier tipo de penalización prestando atención a lo que tenemos para contarte!
El primer paso para poder recuperarte de una penalización SEO es entender cómo funciona todo ese sistema de sanciones. En ese sentido es importante mencionar que Google cuenta con dos vías para dar un toque de atención a quienes intenten romper sus leyes:
Tal como indica su nombre, este tipo de penalizaciones de Google vienen de la mano de comportamientos extraños detectados por los algoritmos.
Y es que si hay algo que ha caracterizado a este motor de búsqueda, es que tienen algoritmos para evaluarlo todo. Un poco más adelante hablaremos a detalle sobre cada uno de ellos, pero en esencia funcionan como inspectores virtuales: De esa forma detectan sistemáticamente a aquellos usuarios que intentan conseguir posicionamiento sin merecerlo. Quienes en consecuencia son sancionados irremediablemente.
Caer en este tipo de sanciones es sinónimo de que estarás cometiendo algún error que impide la búsqueda de indexación de tu página web. Así que esos serán los primeros procesos que deberás chequear cuando tengas alguna sospecha de que Google te ha sancionado por algún motivo. ¡Y toma las acciones correctivas que sean necesarias! También ten en cuenta que el funcionamiento de esos algoritmos suele cambiar así que siempre intenta estar al tanto de novedades.
A la misma velocidad en que Google especializa sus algoritmos, muchos encargados de SEO están buscando nuevas prácticas inescrupulosas para poner en jaque al buscador. En esas circunstancias es que surgen las penalizaciones SEO manuales.
Se llaman así porque ocurren cuando un trabajador de Google detecta algún comportamiento anómalo en alguna web. La evalúa y decide activar una penalización sin que los algoritmos tengan mucho que decir. Por lo general, cuando una web recibe una sanción de este tipo es porque habrá incurrido en una falla grave. ¡Así que será poco probable que logre recuperarse de ese golpe!
Hasta este punto habrás leído la palabra “algoritmos” unas cuantas veces. ¡Sabemos que llevamos rato dándote lata con ese concepto! Pero eso se debe a su gran incidencia en la forma como se imparten las penalizaciones SEO.
Un dato curioso es que por alguna razón en Google nombran a la mayoría de sus algoritmos como animales. De esa forma, te encontrarás a un panda, así como a un pingüino (penguin). Aquí te los presentamos:
Aunque actualmente no se encuentra activo, aún hoy en día muchas páginas web a lo largo de Internet siguen sancionadas por Panda. Vio la luz en el año 2011 siendo el algoritmo encargado de poner la lupa sobre la calidad del contenido. El resultado quizás fue un poco exagerado, con un gran número de páginas penalizadas gravemente.
Aunque debemos destacar que a pesar de su mano dura, Google Panda logró afianzar un precedente positivo: Hoy en día nadie intenta posicionarse a partir de contenido duplicado o que carezca de valor. ¡Y esa es una buena noticia que agradecer!
La irrupción de Google Penguin marcó un antes y un después para todos los directores SEO alrededor del mundo. En esencia, su función es la de chequear la legitimidad de los enlaces externos que refieren hacia una página web con intenciones de posicionarse.
Con Google Penguin cambiaron las reglas del juego: Menos personas intentan aprovecharse de un linkbuilding falso para abrir paso a una mejor construcción de enlaces. Sin duda alguna este cambio ha hecho que la navegación entre páginas sea mucho más confiable.
Antes podía suceder que intentabas acceder a una página desde un enlace prometedor que luego te llevaba a una web decepcionante. Como consecuencia salías de ese sitio inmediatamente, pero este registraba una visita más a su contador. Y ese proceso se repetía sucesivamente hasta que esa web lograba llegar a las principales SERPs valiéndose de artimañas. ¡Pero eso ya no va a más gracias al poder de Google Penguin!
A pesar de que este algoritmo no sigue la línea de mantener una denominación propia del reino animal, es igual de importante. Se trata de un desarrollo nuevo que apenas entró en funcionamiento desde el año 2021. Como su nombre indica, tiene una razón de ser marcada: priorizar a las páginas web que garanticen una buena Experiencia de Usuario (UX) a sus visitantes. Y, por tanto, castigar a aquellas que no se tomen muy en serio este factor.
Tiempo atrás no existía forma de detectar cuando sufríamos una penalización SEO más allá de algunas referencias un poco inconclusas: El porcentaje de visitas se reducía con una diferencia marcada, pero a ciencia cierta no se sabía el motivo.
Bien podría ser por una sanción o factores relacionados con la calidad del contenido presentado o la web en general. Entonces, cuando ese descenso de tráfico ocurría, el siguiente paso era hacer una autoevaluación para detectar en qué podrías estar fallando. ¡Toda una odisea!
Por suerte, hoy en día detectar una penalización SEO es mucho más sencillo. Tan solo basta con ingresar a Google Search Console donde podrás encontrar un diagnóstico de las sanciones que tu web podría tener sobre su espalda.
A continuación te ofrecemos un listado de algunas de las penalizaciones que Google suele impartir con mayor frecuencia. ¡Que esta sea tu guía para no caer en ellas!
Regresar de una penalización de Google es una misión cuesta arriba, pero no es imposible. En ese caso debes comenzar por revisar todos los enlaces de tu página web. ¡O si no el algoritmo Penguin seguirá haciendo de las suyas! Asegúrate de que todos cumplan con requerimientos SEO modificándose o eliminando aquellos que puedan causarte problemas.
En caso de que hayas incurrido en contenido duplicado o thin content entonces deberás curar todos esos problemas: Debes eliminarlos uno a uno para que la próxima vez que Google te rastree valore que ahora en realidad estás dispuesto a hacer las cosas bien.
Lo positivo es que desde el momento en que Google decide levantar tu castigo entran en juego todas las cosas buenas que has hecho. Así que lo más probable es que comiences a tener un page rank bastante positivo inmediatamente. ¡No te desanimes!
Sigue estos pasos para restaurar cuanto antes tu estado ante Google. Aunque recuerda que el mejor de los consejos siempre será no cometer ninguna infracción. Solo así podrás librarte de las penalizaciones SEO durante todo tu viaje en Internet.