¿Alguna vez te has preguntado cómo hacen los motores de búsqueda de Internet para albergar millones y millones de páginas? Y lo más sorprendente de todo es que lo hacen a una velocidad sorprendente: las nuevas URLs son añadidas de forma casi inmediata.
Como puede ser evidente, ese trabajo no sucede por arte de magia ni tampoco depende de la acción de personas en las oficinas de Google. Ese trabajo recibe el nombre de rastreo o crawling y es delegado a bots automatizados que tienen una capacidad de procesamiento inmejorable.
Dicho esto, se puede definir al rastreo mediante el cual buscadores como Google ponen la lupa sobre las nuevas páginas. Para así clasificarlas en función de aspectos como su contenido o de la experiencia de usuario que ofrecen. Es así como se les asigna una posición dentro de las SERPs. ¡Todo gracias al poder de los bots rastreadores!
Si deseas aprender más sobre el funcionamiento de este proceso y su impacto en el posicionamiento SEO de tu página web. ¡Entonces sigue leyendo!
Si lo piensas por un momento podrás notar que la tarea de los rastreadores no es nada sencilla. Después de todo, día a día se generan miles de nuevas páginas web alrededor del mundo. Y por si fuese poco estos bots deben reconocer el tipo de contenido y además valorarlo. ¿Cómo lo logran? De la siguiente manera:
A rasgos generales, el crawling es la punta de lanza del posicionamiento web. Google y otros buscadores asignan una posición de acuerdo a los resultados obtenidos al rastrear.
Por eso es esencial que los directores SEO sean capaces de adecuar sus páginas de modo tal que sean 100% rastreables. ¡Pero no solo! Además deben ajustar los fundamentos técnicos de esa web para que tras pasar por el craweling obtengan una posición ventajosa.
Dicho esto, a continuación se resumen los puntos que justifican la importancia de este proceso. ¡Presta atención!