Escribir para una web no es una tarea precisamente sencilla. Ahora imagina lo mucho que se complica cuando no tienes solo una página sino un puñado de ellas que atender. En ese caso lo normal es que todo termine por salirse de tus manos.
Quienes se ven en ese tipo de aprietos suelen buscar técnicas alternativas para poder actualizar sus webs bajo la ley del mínimo esfuerzo. Es así como la práctica de spinear textos se ha popularizado. Aunque eso no quiere decir que sea la forma apropiada de hacer las cosas. De hecho, Google suele sancionar a quienes optan por spinear o al menos a los que no lo hacen de la mejor forma posible.
Y cómo desde esta tribuna lo último que queremos es que seas sancionado por Google te daremos algunas claves a la hora de spinear. Sin embargo, te debemos recordar que no es la mejor idea de todas: ¡Siempre que sea posible contrata a colaboradores que te puedan ayudar con las diferentes comunicaciones en las plataformas digitales a tu cargo!
Pero vamos paso a paso. Aclaremos en primer lugar la respuesta a la siguiente pregunta: ¿Qué es spinear un texto? Quizás para entenderlo de mejor forma te interese saber que este término podría traducirse al castellano como “darle la vuelta a un texto”. ¡Y es precisamente eso!
En esencia consiste en agarrar un texto que ya existe para reestructurarlo. Quizás cambiar el orden de algunas ideas y reemplazar unas palabras por otras. ¿El resultado? Un texto aparentemente nuevo, pero con una esencia que carece de originalidad.
Desde una perspectiva práctica es una buena forma de generar contenido sin perder tanto tiempo ni energía. Pero si todos terminan optando por spinear texto, más pronto que tarde la información disponible en Internet se volverá monótona.
Resulta difícil asociar el término spinning con el SEO. De hecho, spinear es considerada como una técnica de black hat SEO. Sin embargo, no todos los casos son iguales: Cuando realmente se logra un cambio de enfoque generalizado, entonces no tendrás problema alguno.
En resumen, el spinning SEO solo funciona cuando tienes la capacidad para crear contenido de valor a partir de una referencia existente. Así que si tu visión de spinear texto se limita a ahorrar tiempo sin importar el resultado final, lo mejor será que abandones esa idea. ¡Muy probablemente terminarán estrellándose contra un muro!
Cuando alguien toma la decisión de spinear, texto los resultados son inciertos. Es todo un reto, pero también una lotería:** ¿Los rastreadores de Google percibirán ese nuevo texto como una copia o la indexará como lo hace con cualquier otra página web? ¡Es difícil predecirlo!
Existen dos formas de hacerlo: La primera de ella es mediante herramientas que podrás encontrar a lo largo y ancho de Internet. Sin embargo, esto es poco recomendable porque por lo general se trata de plataformas basadas en algoritmos poco especializados: El resultado será aceptable, pero sin grandes lujos.
Así que lo mejor es la segunda opción que te proponemos, que no es más que hacerlo por tu propia cuenta. Aun así estarás invirtiendo tiempo en ello, pero en una cantidad exponencialmente menor.
El mejor truco para lograrlo es dividir el contenido a reformular en cápsulas de menor tamaño. Por ejemplo, puedes optar por cambiar las keywords o hacerlo con cada frase. Mientras más grande sea el volumen de texto a spinear será mucho mejor, pues aumentarán las probabilidades de obtener un resultado más original.
Tal como sucede en muchos ámbitos de la vida, la legitimidad de spinear un texto es relativo. Por tanto, sería una temeridad enjuiciar para bien o para mal si vale la pena o no implementar este tipo de métodos de trabajo.
Lo que sí es verdad es que esta técnica solo debe aplicar cuando la redacción desde cero no sea posible por diversos factores. Ya sea por un volumen excesivo de la carga de trabajo o cualquier otro que lo justifique. De lo contrario, se estaría pisoteando uno de los valores fundamentales del Internet: la creación de contenido fresco y original.
Ahora bien: ¿Para efectos de posicionamiento web es apropiado el spinning SEO? ¡Más de lo mismo! Siempre y cuando no bases toda tu estrategia en renovar tus contenidos no deberías tener problema alguno. Pero si abusas con esta metodología, pronto tus lectores se aburrirán y quizás Google termina sancionando.