El Thin Content traducido literalmente del inglés significa "contenido escaso", sin embargo, en la industria digital cuando se habla de este término se refiere a contenido pobre o de calidad insuficiente para aportar valor a los usuarios que navegan buscando información.
La relevancia nula del contenido para cumplir las expectativas del tráfico que aterriza en la web no aporta nada positivo más que incrementar el número de páginas dentro de un dominio. A largo plazo, si el porcentaje de Thin Content es superior al de la información de valor, la web será desplazada, bajará posiciones en los buscadores e incluso sufrir penalizaciones.
Mucho se ha hablado de que los ecommerce son páginas castigadas por los buscadores por no mostrar una amplitud de contenido, sin embargo, nada está más alejado de la realidad. Existen tiendas virtuales cuyas descripciones de productos, comparativas, textos explicativos sobre políticas de reembolso y métodos de envío cumplen correctamente con las necesidades de los visitantes. Si el usuario encuentra la información que buscaba, Google estará satisfecho y tu posicionamiento orgánico no se verá afectado.
En dependencia de la forma que se genere el contenido de poco valor será la categoría en la que se ubique. Hay varias formas de catalogarlo, pero las más conocidas son las tres siguientes:
Este tipo de Thin Content es el más usado, ya sea consiente o inconscientemente. Se trata de copiar el contenido de otra página web y usarlo como propio. Publicar de esta manera no solo puede traer consecuencias negativas para posicionar en las SERPs sino también con los propietarios a los que fue robado el texto. La gran mayoría de artículos online están respaldados con derechos de autor y podría haber consecuencias legales en contra de quien los utilicen sin consentimiento del redactor.
Google detecta con mucha facilidad este tipo de contenido pobre. Aquí se incluye el que se compila de forma automática de diferentes sitios y luego se unen sin un orden lógico ni sentido. También entran dentro de esta categoría los textos traducidos de otros idiomas y a los que se modifican solo un cierto número de frases.
Estas páginas doorway son creadas a propósito para incluir palabras claves importantes conjuntamente con sus respectivas palabras clave relacionadas, cuyo único objetivo es lograr un buen posicionamiento para redireccionar a los usuarios a un dominio principal diferente.
Google ha llevado una lucha continua para penalizar a webs que tengan este tipo de contenido porque, efectivamente, el buscador emplea su mayor tecnología en ofrecer una experiencia satisfactoria a los usuarios.
Que una página tenga un texto de 250 palabras no significa que su contenido sea de mala calidad. Podría perfectamente resolver la inquietud del usuario, pero, para conocer realmente si resulta atractivo para los interesados Google, necesitará tener en cuenta otros parámetros, como la tasa de rebote y la tasa de retención.
Entonces, ¿cómo detectar el contenido pobre en una web?
Para evitar el contenido pobre debe crearse contenido que aporte valor al usuario y resuelva la necesidad inicial por la que realizó la búsqueda. Si la web no es un ecommerce debería tener, como mínimo, 300 palabras por artículo con información coherente y actualizada.
Si de apariencia se trata, la página debe estar bien estructurada, acatando parámetros que faciliten la lectura y comprensión del contenido. Es importante aportar datos reales, utilizar referencias del tema y compartir contenidos multimedia, como pueden ser infografías o vídeos, que respalde el contenido que se aborda. Crear contenido de alta calidad toma un poco más de tiempo, sin embargo, el resultado a largo y mediano plazo será positivo en todos los sentidos.