Web Semántica

¿Qué es una web semántica?

Como es una constante en el mundo de la tecnología, la innovación digital avanza a pasos agigantados. Para tener evidencia sobre ello basta con recordar los inicios del Internet: era un desarrollo arcaico para la actualidad. ¡Muy distinto a la gran red informática que hoy en día está al alcance de todos!

Es por eso que las grandes casas tecnológicas están comenzando a rediseñar la forma en como se concibe Internet. Se estima que el uso de este recurso puede verse comprometido en el futuro o, al menos, puede perder la libertad que le caracteriza en detrimento de posibles restricciones gubernamentales o similares. ¿Cuál es la solución a ese problema? ¡La web semántica!

Aunque es todavía un desarrollo incompleto, se basa en cargar en Internet datos que pueden ser interpretados por máquinas. Todo ello gracias a una línea semántica diferente que sustituye las famosas keywords por un lenguaje que los softwares podrán entender. 

¿Con qué objetivo? Que los resultados sean mucho más ajustados a lo que las personas realmente desean encontrar, puesto que serán las máquinas las que devolverán resultados de acuerdo a sus análisis inteligentes, sin necesidad de cotejar palabras clave o similares.

De esa forma, Google es un incipiente ejemplo de web semántica. Y todo, gracias a que en el año 2010 adquirieron la base de datos de Metaweb Technologies, logrando así que los resultados de búsqueda pasaron a ser mucho más rápidos y efectivos. Aunque todavía queda mucho camino por recorrer, la web semántica marcará un antes y un después para el Internet. 

Origen de la web semántica 

Los inicios de la web semántica se remontan al año 2001, de la mano de Timothy “Tim” John Berners-Lee. ¿Te suena ese nombre? Es nada más y nada menos que el creador y principal valedor de la World Wide Web o WWW. ¡Un genio!

Su idea partió de los fallos estructurales que detectó en la forma como se presentan los contenidos en el Internet actual: ausencia general de estructuras, así como descripciones no reguladas que hacen que todo sea ambiguo en exceso. ¡Eso debe cambiar! O, al menos, es lo que Berners-Lee opinó en el artículo de la revista Scientific American donde por primera vez habló sobre la web semántica.

¿Para qué sirve la web semántica?

Utilizar Internet hoy en día es una experiencia bastante agradable para ser sinceros. Pero eso no quiere decir que no exista un margen de mejora significativo. Tan solo imagina las posibilidades que se proyectan para la web semántica, desde tiempos de carga mucho más rápidos hasta resultados personalizados. 

Desde una perspectiva de usuario quizá pienses que ese no sería un cambio tan drástico como promete Tim John Berners-Lee. Sin embargo, es posible que la web semántica cambie las reglas del juego comunicativo actual.

La mejor parte es que todo ese trabajo no dependerá del esfuerzo de personas preocupadas por cumplir ciertos requisitos SEO, sino que serán las máquinas las encargadas de asociar las páginas web con las personas que lo solicitan. Todo ello de acuerdo a procesos lógicos de análisis de información. ¡El futuro es ahora!

¿Cómo funciona la web semántica?

Las palabras que utilizó de Tim John Berners-Lee al momento de introducir el término de web semántica sirven para dar respuesta a esta pregunta: con la web semántica se pretende “determinar búsquedas mucho más naturales por parte de las personas, de forma tal que sean los propios usuarios junto con las máquinas quién se encarguen de trabajar de manera conjunta para lograr ese objetivo”. 

Eso solo será posible mediante la activación de un software de gran calado capaz de procesar toda la información semántica, para luego codificarla y traducirla en resultados de búsqueda con un nivel de precisión superior.

Es necesario enfatizar entre la relación usuarios-máquinas, pues serán las personas quienes se encargan de nutrir la web semántica. Pero, una vez que eso ocurra, un software será el encargado de construir el entramado gracias al poder y la inteligencia de los algoritmos.

Quizá en los próximos años será mucho más fácil diferenciar la participación que tendrán la inteligencia humana y la inteligencia artificial en todo este tema. Sin embargo, lo que es innegable es que en el futuro el Internet será un lugar mucho más funcional gracias a las bases de datos.

Características principales de la web semántica

Para que la web semántica pueda funcionar tal como pronostican los expertos en la materia deberá estar dotada de las siguientes características:

  • La tecnología de programación dará un giro de 180°, dando paso a nuevos lenguajes inteligentes, así como a la asistencia artificial.
  • La geolocalización pasará a ocupar un papel protagonista ante la necesidad de conocer la ubicación de las personas.
  • Será necesario recopilar grandes masas de datos sobre los hábitos de navegación de las personas, desde los tipos de búsquedas realizadas hasta el tiempo que permanecen en Internet o las transacciones digitales completadas. Este puede ser un punto polémico en un principio, pero sin ello no será posible alimentar el sistema de la web semántica.
  • Aprovechando la información de los usuarios será posible ofrecer resultados de búsqueda ajustados a la perfección a lo que la persona espera obtener. Incluso una misma web podrá cambiar para adaptarse a diferentes audiencias. 
  • La cantidad de resultados en las SERPs disminuirá considerablemente: en lugar de miles de páginas web que te puedan interesar, pasarán a ser solo un puñado de resultados concretos sin margen de error.

Ventajas y desventajas de la web semántica

Como habrás podido notar, la web semántica trae muchos beneficios consigo, quizá el más evidente es la revolución que plantea para el Internet: información mejor organizada y el aprovechamiento de la inteligencia artificial. Además, las personas notarán como los resultados de búsqueda serán cada vez más atinados.

Sin embargo, no todos son buenas noticias. Existen algunas desventajas que han impedido que esta tecnología termine de despegar. A nivel logístico, resulta muy difícil intentar adaptar toda la información en Internet bajo una misma forma semántica. Eso sin contar la inversión que se necesitaría para cumplirlo o las barreras de idioma que puedan presentarse.

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