La búsqueda de soluciones a nuestros problemas nos lleva a cuestionarnos constantemente dónde radica la verdadera creatividad. Analizamos algunos fundamentos del pensamiento creativo.
Considerada el origen de ideas brillantes o la peculiaridad que las puede hacer inimitable, la creatividad es la característica que nos permite hallar o encontrar ideas que den solución a los problemas de nuestro día a día. Pero la creatividad va más allá de los resultados de un brainstorming. La clave del pensamiento creativo radica en saber escoger, de entre todas las propuestas, la idea que, además de ser creativa, resulte factible y real.
El proceso creativo es más que generar ideas
Todo proceso creativo comienza poniendo en funcionamiento el pensamiento. Pensar será la maquinaria que dará como resultado ideas que puedan dar respuesta a nuestro problema.
Comúnmente, siempre hemos relacionado la creatividad con el pensamiento divergente o con técnicas como el brainstorming. Pero, la creatividad es algo más que eso. El proceso creativo no implica dejar de lado el sentido común, ya que, tal y como dice Joan Costa, “el verdadero problema de la creatividad no consiste en producir cien ideas nuevas, por originales que sean, sino en saber descubrir cuál es la mejor”.
El quid creativo va más allá de un brainstorming, técnica creativa basada en una lluvia de ideas, o un sleepwriting, procedimiento creativo que tiene el objetivo de aprovechar el poder creador del sueño. La estrategia creativa también radica en saber escoger aquella idea que, aparte de ser innovadora y original, resulte real, factible, práctica y útil para resolver tu problema.
Pablo Picasso, cuando argumenta que “el principal enemigo de la creatividad es el buen gusto”, deja entrever nuestra tendencia a asociar la creatividad con el generar ideas. Pero, tal y como hemos comentado, la parte verdaderamente útil del proceso creativo radica en la selección de la idea que dará solución a nuestro problema, convirtiendo, de esta manera, el pensamiento convergente en un aliado clave de la creatividad.
En muchos casos, la complementariedad de ambos pensamientos, pensamiento divergente y pensamiento convergente, es lo que dará como resultado la idea idónea.
Cómo seleccionar la mejor idea
Para descartar todas las ideas que no nos sirven, se deben conocer los principios básicos del pensamiento convergente. Debemos…
- Tener claro qué es lo que buscas.
- Pensar de forma analítica, usar el buen juicio y la lógica a la hora de seleccionar.
- Mejorar las ideas propuestas.
- Descartar todas aquellas propuestas que no sean factibles o reales.
- Excluir todas aquellas ideas que no tengan relación con tu objetivo.
- Jerarquizar todas las posibles soluciones en función de tus intereses.
A veces no hace falta moverse en planos múltiples, desarticular esquemas, abrir nuevos caminos o buscar la idea más insólita o más original para hallar la creatividad. En ocasiones, la clave del proceso creativo radica, simplemente, en saber dosificar y complementar las ventajas de ambos pensamientos. La divergencia es un paso clave del pensamiento creativo pero, como venimos citando a lo largo de todo este artículo, la propia definición de creatividad requiere de la convergencia para llegar al mejor resultado.
Si eres un apasionado de la creatividad, y deseas profundizar en su funcionamiento, estos dos libros te pueden ser de gran ayuda: ”Teoría de la creatividad” de Jorge Wagensberg y el libro ”Ciencia, orden y creatividad” de D. Bohm y F.D. Peat. Recuerda, caos y orden.