La ventaja competitiva te permite diferenciarte de tus rivales. Descubre estrategias para encontrar y desarrollar la tuya propia.
Una marca nunca está sola en su entorno. Siempre tiene un conjunto muy grande de competidores que tratarán de arrebatarle lo que tiene o de quitarle el espacio para crecer. Por eso es importante desarrollar una ventaja competitiva. Es decir: algo que te permita diferenciarte de tus competidores y, además, presentarte frente a tu público con un semblante renovado y mucho más atractivo. ¿Quieres saber cómo se hace?
Qué es una ventaja competitiva
Principalmente es la diferencia. Es decir, el elemento que posees en el propio diseño o en la estructura de tu marca que te permite presentarte frente a tus rivales o competidores y tener más atractivo que ellos. Por ejemplo, puede que tu imagen sea la más innovadora. Que, al ser una marca nueva, puedas presentarte frente a tus competidores con una luz que atraiga mucho más al público. Pues bien, esa sería tu ventaja.
Ahora bien, no solo tiene que ver con el elemento diferenciador de tu competencia. También es importante entender que estas ventajas no son eternas. Llega un momento en que se agotan. Esa imagen innovadora, por ejemplo, puede dejar de surtir el efecto de una ventaja cuando tu público se canse de ella. O también cuando un nuevo competidor adopte fórmulas mucho más originales y rompedoras.
Tipos de ventajas
Serían principalmente dos:
- Diferenciación. Ya hicimos más arriba hincapié en este modelo de ventaja. Consiste en ofrecer algo que los demás no tienen. Ya sea un trato diferenciador, un tono más cercano o una imagen que conecte mejor con el público. Muchas veces, las marcas buscan imponerse al resto a través de estrategias de diferenciación. Es decir, poniendo de relieve el propio valor de la empresa y su exclusividad frente a las demás.
- Liderazgo en costes. No hay nada como vender más barato que los demás sin que el producto, por ello, pierda la más mínima calidad. Se trata de una ventaja que exige mucho en el campo de la logística y de la financiación. Por lo general es algo que solo las grandes empresas pueden permitirse. Aunque también es cierto que puedes encontrar ejemplos de pequeñas y medianas empresas que han conseguido resultados impresionantes trabajando adecuadamente este tipo de ventaja.
Cómo puedes crear tu propia ventaja competitiva
Probablemente, ya seas consciente de la importancia que tiene contar con una ventaja evidente frente a tus competidores. ¿Pero qué pasa si todavía no tienes ninguna? Entonces es el momento de crearla. Vamos a sugerirte algunos pasos de utilidad para ti.
Para empezar, si lo que quieres es conseguir una ventaja eso implica que no la tienes. O, en su defecto, que todavía no la has desarrollado. Por lo tanto, esto exige tener que desarrollar y adaptarte a los cambios, que pueden ser externos o internos:
- Externos: no dejes de mirar a tu alrededor. Puede que a tus clientes les surjan nuevas necesidades, puede que una remodelación en la estructura impositiva de tu sector te permita cambiar de precios, puede que una fusión con alguna nueva tecnología sea posible. Si quieres tener una ventaja, tienes que estar muy atento a todo lo que sucede. Así podrás coger las oportunidades al vuelo.
- Internos: quizá haya entrado un talento nuevo en tu empresa que te ayude a marcar la diferencia. Quizá el departamento de marketing haya hecho un plan innovador para mejorar tu imagen. Quizá tenías ya en potencia algunas de las características que tu público requería. Fíjate también en tu empresa y en cómo funciona. En su logística, organización y personal. Seguramente encuentres un hueco por el que crear una ventaja.
Redefine tu negocio
Tal vez en tu sector ofrezcan un producto pero no su transporte. O quizá nadie trabaje en la instalación del mismo. Piensa en cómo funciona tu proceso productivo y el de ventas y busca huecos por los que puedas innovar y realizar nuevas gestiones. Fíjate también en lo que hagan otros. Te ayudará a buscar nuevas ideas.
Redefine tu cliente
Puede ser que con determinado sector del público conectes mucho mejor y compren tus servicios por la imagen que eres capaz de transmitir. ¿Por qué no centrarte solo en ellos en lugar de buscar nichos más amplios y menos efectivos? Reducir tu cliente y enfocarte en un segmento muy concreto puede ayudarte a diferenciarte de cualquier otro.
Redefine tu producto
No hay mayor ventaja que un producto exclusivo. Si te dedicas a vender mesas, hay millones de marcas con las que deberás competir. ¿Y si vendes un tipo particular de mesa? ¿Y si tu producto es único e imposible de encontrar en otro sitio? Puede que esto te ayude a conseguir diferenciarte. En este caso, a través del producto.
También puedes apostar por una ventaja de costes, adoptando nuevos materiales o procesos productivos para abaratar sin perder en calidad.
Redefinir la estrategia
¿Estás tratando de diferenciarte a través de la innovación? ¿Encuentras mucha competencia? ¿Por qué no te centras, por ejemplo, en la cercanía? Quizá la estrategia que hayas escogido no sea la más correcta. Pero siempre estás a tiempo de redefinir un poco el tipo de enfoque con el que esperas trabajar.
Ejemplos de ventajas competitivas en la empresa
Nike, por ejemplo, ha utilizado la estrategia de la diferenciación. A base de trabajar profundamente los valores de marca y su modelo de comunicación ha logrado crear una imagen especialmente atractiva para los consumidores, que prefieren sus productos por encima de los de la competencia.
Zara, por otro lado, busca diferenciarse en el producto, tanto por su precio como por su variedad, creando diferentes marcas secundarias para que cualquier persona pueda encontrar en ellas la prenda que necesite.
Apple, aunque también podría ubicarse en otro tipo de estrategia, ha sabido adaptarse a cualquier necesidad y circunstancia. Por lo tanto, ha aprovechado los cambios externos para poder ofrecer siempre el producto que sus clientes necesitaban, un aspecto vital en un mundo customer-centric.
En conclusión, puedes conseguir una ventaja competitiva por múltiples vías. Aquí tienes una guía de la que puedes sacar ideas. En cualquier caso todo pasa por conocer en profundidad tu sector y por desarrollar un proceso creativo para dar alas a nuevas ideas.